Os voy a contar un cuento un tanto particular ya que a mis personajes todos los conocéis pero no os imagináis lo que pueden llegar hacer. Hace poco tiempo una chica llamada Cenicienta trabajaba de limpiadora en el metro.
Limpiaba todos lo días los asientos, las puertas hasta algunos días se encontraba sorpresas de chicles pegados debajo de de los asientos. Su trabajo aunque os parezca aburrido no lo era. Pues todos los días conocía a personajes diferentes. Una vez el pequeño de los tres cerditos se quiso hacer la casa en un vagón. Cenicienta lo convenció para que la construyera en el parque.
Cansada Cenicienta de tanto limpiar decidió hacer un viaje al destino más lejos que hubiese
-Ya se, la luna podría ser voy a ir a la agencia de viajes haber que me dicen. Y se presentó en la agencia de viajes más cercana.
-Buenos días, -dijo Cenicienta con su sonrisa.
-Buenos días, -le contestó Blancanieves.
-¡Quiero ir a la luna! dijo Cenicienta con decisión.
-¡Que viaje más bonito has elegido! La pena es que no nos quedan billetes. Lo siento.
Cenicienta se marchó desilusionada pero con idea de buscar una solución.
Voy a llamar a mis personajes favoritos y seguro que ellos me pueden ayudar. Cenicienta cogió el móvil y empezó a llamar a sus amigos: Popeye, Piolín, Phineas y Ferb para que le ayudaran con su problema.
-No te preocupes mi hermano y yo somos especialistas en conseguir lo imposible, -dijo Phineas
-Mientras tengamos alejada a Candace podremos trabajar.
Cenicienta contenta pero muy nerviosa tramó un plan para entretener a Candace se la llevó de compras a un centro comercial.
Phineas y Ferb empezaron con el trabajo
-Ferb pásame el martillo,-le pidió Phineas.
Y con la fuerza de Popeye, la astucia de Piolín y las ideas de Phineas y Ferb construyeron una nave enorme.
Solo faltaba hacerla funcionar. Cuando llegó Cenicienta se dio una enorme sorpresa no se imaginaba que en tan poco tiempo harían una nave espacial.
Cenicienta subió a la nave, pulsó todos los botones que le dijeron y...
-¿Qué le pasa? No funciona. Se desesperó Cenicienta.
-Ya sé, no tiene combustible. Contestó Piolín.
-Pues como en mi serie, pondremos espinacas de combustible y funcionará, -dijo Popeye.
Le pusieron espinacas y funcionó.
Cenicienta en agradecimiento a sus amigos les invitó a un viaje a la luna.
¡Y COLORIN COLORADO ESTE LUNÁTICO CUENTO SE HA ACABADO!